domingo, 21 de abril de 2013

Crónica: Jero Romero - Sala Joy Eslava (Madrid)

Jero Romero hacía su última visita a Madrid presentando su primer y único (de momento) disco "Cabeza de León", tenía lugar en la céntrica, y a la que siempre estamos gustosos de acudir, sala Joy Eslava. 

Con una gran expectación y una sala abarrotada hasta los topes hacían aparición, pasadas las nueve de la noche, Nacho García a la batería, Amable Rodríguez a la guitarra y ukelele, Alfonso Ferrer al bajo y en ocasiones al contrabajo, el polifacético Charlie Bautista a una enorme cantidad de instrumentos y, por supuesto, Jero Romero a la voz y guitarra. 

Abrieron el concierto de una manera muy íntima, casi en acústico, con "Túmbate". Degustábamos desde el principio el savoir faire de la banda. La gente muy metida durante el espectáculo coreaba ese "no puedo más, no puedo más y tú te vas..."; realmente el público coreó todo, Jero, muy agradecido, notaba el apoyo y el cariño de los que allí nos encontrábamos. Continuaron, aumentando la carga eléctrica poco a poco, con "Las Leves" y "Haciendo Eses", canción, esta última, realmente coreada por la gente. 

Jero no estuvo muy hablador, pero eso sí, se le veía continuamente agradecido y emocionado por ver el gran apoyo que le estaba brindando el público. Él mismo decía que no sabía si antes los músicos daban las gracias de corazón pero que en ese momento realmente las estaba dando porque sin todos los que siguen su música nada hubiera sido posible. 

El carismático Alfonso Ferrer (bajo y contrabajo)
Pero no sólo sonaron canciones de este único disco que tienen en el mercado, también se pudo disfrutar de temas nuevos que, como ellos dijeron, esperan poder publicar en un segundo álbum. "Narciso" fue la primera de ellas y tras intercalar  "Reloj de Sol", siguieron mostrando nuevas canciones que en el setlist aparecían como "Colu." (¿¿Columpio??) y "Venta." (¿Ventana?).

Tras empalmar varias novedades el público se enfrió un poco, pero fue bien enmendado con los siguiente cuatro temas. "Ya Te Lo Decía Yo" y "Correcto" sonaron sencillos pero potentes, con un gran acompañamiento del público, Jero seguía sorprendiéndose de la gran respuesta que estaban teniendo por parte de los allí presentes. Siguieron con "Cabeza De León", tema que da título al disco y que, a mi opinión, se puede extrapolar bastante bien a todo lo que ha ocurrido desde la separación de The Sunday Drivers. Con el éxito que habían logrado era realmente cabeza de león, tras la disolución ha pasado a tener que comenzar de cero, a volver dar los primeros pasos, a ser la cola del ratón. Recordad que el disco ha podido ser producido gracias a la colaboración de los mecenas, pues consiguió el dinero necesario para su realización mediante el crowdfunding. 

Continuando con el concierto, concluyó con "Nadie Te Ha Tocado" esa secuencia de cuatro auténticas joyas. Volvió a mostrar un nuevo tema, esta vez "Caer de." (¿Caer de pie?). 

Nos acercábamos cada vez más al final, el público enloqueció al sonar los primeros acordes de  "Devolverte", esos "cada vez no puede ser, cada vez no puede ser la única vez" volvieron a ser bien acompañados por el respetable que, sin lugar a dudas, estuvo de diez. Jero Romero y la banda además nos obsequiaron con una versión de, nada más y nada menos, Standstill. "Con mucho respeto y admiración" versionaron "Adelante Bonaparte" haciéndolo realmente bien y haciendo imposible poner algún pero.

El polifacético Charlie Bautista
Se irían con "Señor Gigante" pero eso sí, volvieron con los bises, en los cuales sonaron "Deshinibida" y "El As", cerrando de manera realmente redonda un gran concierto. Jero se despidió, agradecido y visiblemente emocionado, diciendo al público, y refiriéndose a su banda, como los mejores músicos que podía haber encontrado. Realmente toda esa química se notó en el escenario: risas, miradas de complicidad y demás gestos demostraban que no sólo eran cuatro músicos, sino que eran realmente cuatro amigos haciendo lo que más les gusta: la música.

Mención aparte merece Charlie Bautista, que lo mismo le daba una guitarra, que un teclado, o que la propia percusión, admiración absoluta. 

El sonido, como siempre es en Joy Eslava, magnífico, sin ninguna traba que poner; así como en materia de organización, todo bien. Quizá el único "pero" que podamos encontrar es que nos hubiera gustado que durara para siempre, o al menos un poquito más que esa hora y cuarto que pudimos disfrutar, esperemos que vuelvan pronto. 

Un concierto de: 8,5

Fotografías: Laura Serrano
Redacción: Jaime Ludeña




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