El artista británico logra consolidarse en solitario en una Sala Joy Eslava llena hasta la bandera.
Miles Kane llegaba a Madrid como último destino dentro de su gira por nuestro país, en los días previos había estado actuando en Barcelona y Bilbao.
Los leridanos Pull My Strings han sido los encargados de abrir los conciertos en las tres fechas, y con ellos se iniciaba la velada madrileña.
La banda, formada por Pau San Martin ( bajo y voz), Miquel Allué (guitarra y voz), Joan Amenós (bateria) y Xavier Botargues, repasó temas como “Monday(7 A.M)”, We Are All We”, “Shake Shake” o “A Morning Without You ( Won't Make Me Strong)”, todos ellos presentes en su recientemente publicado primer trabajo, de título “Dora Bay”.
Lo dicho, habrá que seguirles la pista.
Pero el verdadero protagonista de la noche estaba aún por salir. Puntualísimos y a eso de las nueve y media de la noche subían al escenario Jay Sharrock a la bateria, Ben Parsons a los teclados, Phill Anderson al bajo, George Moran a la guitarra y quien se llevó, obviamente, la mayor ovación; el líder, guitarra y cabeza pensante de todo: Miles Kane. Aunque eso sí, su estilismo como siempre va por separado; una camisa de leopardo y unos pitillos blancos que se llevaron más de una y más de dos fotos.
El británico mostró una increíble vitalidad desde el minuto cero, y es que se podrán poner en duda ciertas cosas, pero desde luego su entrega, que fue total, y sus dotes de showman no. Entró como un torbellino interpretando “You're Gonna Get It”, y el público se volvió loco, la gente se contagió de la energía que derrocha el ex vocalista de The Rascals, continuamente haciendo poses, acercándose a sus fans y haciendo disfrutar al público. Un público que, al menos en la zona donde nosotros estuvimos, respetó bastante la actuación (cosa que lamentablemente últimamente está siendo complicado encontrar). Continuó con “Taking Over”, otro tema de su último trabajo.
Y es que si éste ya se llevó los coros intantáneos del público, lo que ocurrió con “Rearrange” no tiene nombre.Saltos, manos al aire y un Miles Kane animando hasta a la gente de las plantas de arriba de la Sala Joy Eslava, y es que se nota que tiene unas tablas sobre el escenario impresionantes.
Aunque quienes no pudieron quejarse ayer bajo ningún concepto fueron las primeras filas. A la poca distancia que hay desde el escenario hasta la pista (concretamente nada) se le sumó un Miles chocando las manos de la gente, acercándose hasta ellos demostrando sus dotes con la guitarra, animando a cantar aún más fuerte… incluso en una ocasión el británico cogió un móvil de un fan para grabar tanto al público como a toda la banda desde el propio escenario, sin duda un auténtico showman. Y lo que es aún más importante, y no en todos los conciertos es siempre así, es que él disfrutaba, se le veía feliz con lo que hacía, y eso era parte importante del motor que motivaba a la gente, y tema de discusión a la salida del concierto. Escuché varios comentarios del estilo “si es que se le ve que disfruta”, “esta es la diferencia de alguien que lo da todo, a alguien que hace lo justo”…
El segundo fue ese tema que habla de no olvidar quién eres, de no renunciar a tus raíces, y es que “Don´t Forget Who You Are”, que además da título a su último LP, con apenas unos meses de vida ya se ha convertido en todo un himno en la carrera del artista. Serviría además como broche momentáneo a la velada. Y es que tras unos minutos de esperavolvía al escenario, aunque eso sí, esta vez con la compañía únicamente de su guitarra acústica.
Y así ocurrió, la banda volvió al escenario, Miles Kane no paraba de animar al público diciendo en un marcadísimo acento inglés “¡¡¿estáis preparados para vivir la mejor canción de vuestra jodida vida!!?”, así comenzó la locura que fue “Come Closer”.
La gente sabía que era el último tema, las últimas notas de Kane a la guitarra, sus últimas poses y lo dio todo, no hizo falta ni que Miles pidiera los coros al público pues éste ya lo hizo por sí solo, ¡y de qué manera!.
Sin duda no hubo mejor forma de cerrar el concierto. Algo menos de una hora y media en la que el de Birkenhead ofreció lo mejor de su repertorio y de él, menos de hora y media en la que se consagró sin duda en su aspecto en solitario, ya no se tiene que asociar su imagen a la de Alex Turner, ha logrado, por méritos propios labrarse su carrera y consolidarla aún más si cabe en conciertos como el que dejó anoche en la sala Joy Eslava de Madrid.
Bravo Miles Kane.
Texto y fotografías: Jaime Ludeña
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